El isomalt es un edulcorante fabricado exclusivamente a partir de azúcar, específicamente de glucomanitol y glucosorbitol. Fue descubierto en la década de los 60 y desde entonces se ha convertido en un ingrediente versátil en la industria de la repostería y confitería.
Este azúcar requiere altas temperaturas para transformarse en estado líquido y ser manipulable. La temperatura ideal para su manejo oscila entre los 70 y 80 grados. Debido a esta característica, es importante tener precaución y prestar especial atención durante su utilización, ya que implica trabajar a temperaturas elevadas.
Una de las características más destacadas del isomalt es su gran elasticidad a la hora de trabajar con él. Esta propiedad lo convierte en un material ideal para crear láminas muy finas y transparentes, abriendo un abanico de posibilidades en formas y creaciones dulces.
El isomalt no solo aporta versatilidad a tus creaciones dulces, sino que también ofrece otros beneficios. Al ser un edulcorante bajo en calorías y con un índice glucémico bajo, resulta una alternativa saludable para aquellas personas que buscan reducir su consumo de azúcar. Además, es resistente a la humedad, lo que prolonga la vida útil de las decoraciones y evita que se derritan fácilmente.
Aplicaciones Culinarias: El isomalt se utiliza en una amplia variedad de aplicaciones gastronómicas. Se puede moldear y dar forma a través de técnicas de soplado, vertido o colado, lo que lo convierte en una excelente opción para crear figuras decorativas, flores comestibles, cajas de azúcar y mucho más. También se utiliza para elaborar caramelos duros, recubrimientos brillantes para pasteles y galletas, y glaseados transparentes que realzan la apariencia visual de los postres.